No todos los tags RFID son iguales
cuando la calidad marca la diferencia
En el mundo actual, cada vez más conectado, la tecnología RFID se ha convertido en una piedra angular para la eficiencia, la trazabilidad y la automatización en todos los sectores. Desde la fabricación y la logística hasta el comercio minorista y la sanidad, las etiquetas pueden parecer componentes sencillos, pero su papel es todo menos secundario. Detrás de cada sistema RFID fiable se esconde una elección fundamental: la calidad de el propio tag. Lo que a primera vista pueden parecer productos idénticos, en realidad puede ocultar diferencias significativas que afectan al rendimiento, la durabilidad y, en última instancia, al éxito de sus operaciones.
A primera vista, dos tags RFID pueden parecer idénticos: mismo tamaño, misma forma, mismo color. Es fácil pensar que también ofrecen el mismo rendimiento y la misma fiabilidad. Sin embargo, las diferencias pueden ser profundas — y a menudo invisibles a simple vista.
Un ejemplo concreto nos llega de uno de nuestros productos: el Microty, un tag RFID diseñado para aplicarse en superficies metálicas, con dimensiones compactas y una gran resistencia mecánica. Frente a él, comparamos una copia casi idéntica en apariencia pero fabricada con materiales de menor calidad. La diferencia se nota en cuanto se aplica una ligera presión: el Microty permanece intacto y operativo, mientras que el tag no original se rompe, quedando inservible incluso antes de ponerse en funcionamiento. Este hecho demuestra un principio fundamental: la calidad en los tags RFID cuenta más de lo que uno podría imaginar.
No es solo una cuestión de forma, sino de diseño
Cuando se habla de RFID, a menudo se pone el foco únicamente en las frecuencias, las distancias de lectura o los estándares técnicos. Sin embargo, un tag eficaz es, sobre todo, aquel que garantiza continuidad operativa en el tiempo, resistencia a las condiciones ambientales y un rendimiento constante. Estas características dependen directamente de cómo se ha diseñado y fabricado cada producto.
Materiales de baja calidad, plásticos económicos, adhesivos no probados o soldaduras imprecisas pueden comprometer seriamente la fiabilidad. Aunque al principio todo parezca funcionar, con el tiempo y el uso diario surgen los problemas: lecturas intermitentes, roturas mecánicas, pérdida de señal o inactividad total.
Usar tags poco fiables significa exponerse a interrupciones de procesos, errores de trazabilidad, paradas no planificadas y costes de mantenimiento imprevistos. En muchos casos, terminan sustituyéndose incluso antes de poder utilizarse realmente, anulando así el supuesto “ahorro” inicial.

Tag Microty On-Metal de baja calidad y rota

Tag Microty On-Metal de alta calidad
Descubra nuestrO TAG RFID MICROTY ON-METAL
Una variable invisible: el diseño del molde
Un aspecto técnico que a menudo se pasa por alto es el diseño del molde utilizado para fabricar el tag. En algunas configuraciones, las cavidades que forman el cuerpo del dispositivo están conectadas al punto de inyección mediante canales de distinta longitud.
En un molde con dos cavidades, por ejemplo, una puede recibir el plástico a través de un canal corto, mientras que la otra se alimenta por un canal mucho más largo. Esta diferencia influye directamente en la calidad del llenado: el tag de la cavidad corta se compacta correctamente y queda bien soldado, mientras que el de la cavidad larga puede recibir el material a menor temperatura y presión, con el riesgo de no consolidarse adecuadamente.
En la práctica, esto significa que en cada ciclo de producción, parte de los tags puede resultar mecánicamente más frágil, pese a tener la misma apariencia exterior. Y si luego se mezclan sin distinción, resulta imposible saber cuáles son realmente fiables.
Elegir calidad para proteger su inversión
Optar por un tag RFID de calidad significa invertir en estabilidad. Supone tener la certeza de que cada componente ha sido probado, que los materiales son adecuados al contexto de uso y que el proveedor puede garantizar un rendimiento repetible y constante en el tiempo. También es una decisión que protege la reputación de la empresa, ya que un sistema RFID fiable se convierte en parte esencial del proceso productivo, logístico o comercial.
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